viernes, 25 de septiembre de 2009

La trágica y feliz historia de la vaca.

Había una vez en Rajasthan, India, un anciano maestro que deseaba enseñar a uno de sus discípulos el secreto para vivir una vida próspera y feliz. Él pensó que la primera lección debía ser entender la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo e infelicidad.

Para impartir su lección al joven, el maestro decidió que aquella tarde visitaran juntos algunos de los parajes más pobres el reino de los Marajanás . Después de mucho caminar llegaron a Mandawa, una de las zonas más olvidadas del Rajasthan, y se dispusieron a buscar la más humilde de todas las viviendas.

En una casucha agrietada y llena de insectos vivían ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos, todos se las arreglaban para acomodarse de cualquier manera en aquel reducido espacio.

Sus ropas viejas y remendadas, la suciedad y el mal olor que envolvía a sus cuerpos, eran la mejor prueba de la profunda miseria que ahí reinaba.

Curiosamente, en medio de este estado de penuria y pobreza total, la familia contaba con una sola posesión, extraordinaria bajo tales circunstancias, una vaca… una flacuchenta vaca cuya escasa leche proveía a la familia un poco de alimento para sobrevivir.

Y allí, acunados por la tristeza y la miseria del lugar, el maestro y su discípulo pasaron la noche. Al día siguiente, muy temprano, asegurándose de no despertar a nadie, el anciano maestro le dijo en voz baja a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que nos trajo a estos parajes”.

Ante la incrédula mirada del joven, y sin que éste pudiera hacer algo para evitarlo, súbitamente el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y de un solo tajo degolló a la pobre vaca que se encontraba atada en la puerta de la vivienda.

- ¿Qué has hecho maestro? – dijo el joven susurrando para no despertar a la familia. - ¿Qué lección es ésta que deja a una familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esa pobre vaca que era su única posesión?-

Sin inmutarse por la angustia del discípulo y haciendo caso omiso a sus nefastos interrogantes, el anciano se dispuso a continuar su marcha con placida indiferencia.

Cuenta la historia que un año más tarde, el maestro sugirió al joven volver a Mandawa para ver qué había ocurrido con la familia. Después de varios días de caminata, llegaron al lejano paraje, pero sus esfuerzos por encontrar la vivienda fueron en vano. Donde se encontraba la miserable choza ahora se levantaba una moderna y cómoda vivienda. Se detuvieron por un momento para observarla a distancia, grande fue su sorpresa cuando, del interior de la casa, vieron salir al mismo hombre que un año atrás les había dado alojamiento. Sin embargo, su aspecto era totalmente distinto. Sus ojos brillaban, vestía ropas limpias, iba aseado y su amplia sonrisa mostraba que algo significativo había sucedido.

Rápidamente se dispusieron a saludarlo para averiguar qué había ocasionado tal cambio en la vida de esta familia. El hombre que ignoraba que el joven y su maestro habían sido los causantes de la muerte de la vaca les contó cómo, casualmente el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su escasa fortuna, había degollado salvajemente al pobre animal.

Por mucho tiempo, la leche que producía la vaca había sido su única fuente de sustento. Más aún, poseer este animal les había ganado el respeto de los vecinos. Sin embargo – continuó el hombre – “… aquel trágico día, nos dimos cuenta que nuestra propia supervivencia se veía amenazada sino actuábamos rápidamente, entonces decidimos limpiar el patio en la parte de atrás de la vivienda...conseguimos algunas semillas y sembramos hortalizas y legumbres para alimentarnos. Pasado algún tiempo, vimos que la improvisada granja producía mucho más de lo que necesitábamos para nuestro sustento, así que comenzamos a venderle algunos vegetales que nos sobraban a nuestros vecinos y con esa ganancia compramos más semillas…y así se amplió nuestro negocio.”

El joven, quien escuchaba atónito la increíble historia, entendió finalmente la lección que su sabio maestro quería enseñarle…
La vaca, además de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de conformismo e infelicidad.

- “Que gran lección”, pensó el joven discípulo e inmediatamente reflexionó sobre sus propias vacas, todas las limitaciones que el mismo se había encargado de alimentar a lo largo de su vida con excusas que ni el mismo creía. Cuantos pretextos y disculpas para no vivir la vida que quería vivir…cuantas falsas seguridades… Indudablemente ese día marcaba el comienzo de una nueva vida, ¡Una vida libre de vacas!

Y colorín colorado, este cuento aún no se ha terminado…

“El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso
Sino el conformismo y la mediocridad.”

Dr. Camilo Cruz

Maria Giacobone Carballo

Adaptación de "La Vaca" del Dr. Camilo Cruz.

Descarga gratuita del libro:http://www.landcabtrading.com/libros/lavaca.pdf



14 comentarios:

Dante Be. dijo...

más que comentarios, preguntas:
¿nadie metió preso al asesino de la vaca?
¿este cuento le pertenece o solamente es una transcripción de uno popular atribuído a los sufis?

no me queda claro, pero creo haberlo leído antes con ligeras variantes.

María Carballo dijo...

Hola Dante,

No se que querés que te responda. Este es un cuento popular, conocido y adaptado en diferentes formas. Tenés bajo mi nota un link al libro y en el prólogo el Dr. Camilo Cruz explica como se puso en contacto con el cuento. Yo en mi próxima nota explico como encontré yo la historia.
Saludos,
María
PD: Parece que no hay justicia para asesinos de vacas :)

Anónimo dijo...

Realmente es creible y viable el mensaje de la historia . Muchas personas sufren de una de las peores calamidades " el conformismo " . Creo que el mensaje de superacion es bueno . Me gusto .-

Carmen San Miguel dijo...

En un libro de Anthony de Mello leí que debíamos romper los barrotes forjados por la mente.
Vivimos limitados buscando seguridad...y no soltamos la vaca atada. Le tememos a los nuevos deafíos.
Lo conocía al cuento y es excelente.
Muy buena elección.
Pipa

María Carballo dijo...

Hola Pipa,

Es verdad, estamos presos dentro de celdas construidas por nosostros mismos, lo asombroso es que la puerta de la celda esta abierta y no nos damos cuenta...

Gracias por tu comentario.
Cariños,

María

Juan Francisco dijo...

Hola Maria... ¿aceptais a uno mas? Venía de paso y me ha gustado lo que se comenta por aquí. Yo también había leido la historia o la había oído creo, pero está bien recordarla. Creo que la mporaleja está clara. Estamos tan sumamente agarrados a la rutina que a veces no vemos otro camino que el que la rutina nos marca.
Con tu permiso, seguiré pasando por este blog. Merece la pena y yo soy joven y quiero seguir aprendiendo. Un abrazo. juan Francisco.

J.R.Infante dijo...

No cabe duda que la intención del cuento es hacer que seamos capaces de romper esas ataduras que nos mantienen prisioneros de nosotros mismos en tantas y tantas ocasiones.
Claro que podía haberse evitado el sufrimiento de la vaca simplemente, dejándola que se marchase, en lugar de degollarla. Así todos contentos.
Un beso

Susana Vera-Cruz dijo...

Hola Marìa , realmente mientras leìa, me asombraba con el relato, pues nunca me imaginè la muerte de la pobre vaquita(es que quiero mucho a los animales).
Sin embargo al entender el mensaje, me di cuenta que es una lecciòn de vida.

Muchas veces nos quedamos paralizamos y nos quejamos de no salir adelante,que todo està mal, pero què nos detiene?

Justamente el conformismo e incluso la mediocridad en algunos casos.
Surgir es ponerle ganas, y querer cambiar de vida, tal vez no con grandes lujos, pero si con lo necesario para ser felices con el esfuerzo colocado.

Quedarse es marchitarse; avanzar es pensar en un mejor futuro...es crecer.

Gracias por tu positivo texto amiga.

Besitos mil!!

Agualuna-Sussy

Palabras como nubes dijo...

Muy buen trabajo, es una forma de hacernos entender lo importante de no atarnos a hechos seguros. Ruma.

Prince W. Cantodea © dijo...

yo tengo uno homónimo... pero es un poco más... am, erótico? ja ja no preguntes... me quedó con esta versión, saludos... de nuevo a visitarte.

ciao.

Anónimo dijo...

BUENISIMO!!!!!!!!
REALMENTE ES ASI NO VEMOS MAS ALLA DE NUESTRO OJOS!!!!
ESPERAMOS MAS CUENTOS!!!
BESOS

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Interesante cuento, que aunque ya le conocía, me recuerda que tengo un trabajo que hacer todavía en mi vida en cada momento de ella para no quedarme atada para siempre.

saludos me gustó tú blog.
Celia

Anónimo dijo...

Hola, es la primera vez que paso por tu blog, me gusta, pero esta historia ya la habia escuchado, es buena la enseñanaza, pero no estoy de acuerdo con la historia, porquematar a la pobre va que como decia la historia FLAQUISIMA porque no djarla ir y que eela tambien pueda salvarse o encontrar mas comida, se que talvez como super amante de los animales lo que escribo es muy tonto, pero tambien se puede salir adelante "dejando ir" y no "matando"
Saludos
Gabriela

Anónimo dijo...

necesidad de comprobar:)

viernes, 25 de septiembre de 2009

La trágica y feliz historia de la vaca.

Había una vez en Rajasthan, India, un anciano maestro que deseaba enseñar a uno de sus discípulos el secreto para vivir una vida próspera y feliz. Él pensó que la primera lección debía ser entender la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo e infelicidad.

Para impartir su lección al joven, el maestro decidió que aquella tarde visitaran juntos algunos de los parajes más pobres el reino de los Marajanás . Después de mucho caminar llegaron a Mandawa, una de las zonas más olvidadas del Rajasthan, y se dispusieron a buscar la más humilde de todas las viviendas.

En una casucha agrietada y llena de insectos vivían ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos, todos se las arreglaban para acomodarse de cualquier manera en aquel reducido espacio.

Sus ropas viejas y remendadas, la suciedad y el mal olor que envolvía a sus cuerpos, eran la mejor prueba de la profunda miseria que ahí reinaba.

Curiosamente, en medio de este estado de penuria y pobreza total, la familia contaba con una sola posesión, extraordinaria bajo tales circunstancias, una vaca… una flacuchenta vaca cuya escasa leche proveía a la familia un poco de alimento para sobrevivir.

Y allí, acunados por la tristeza y la miseria del lugar, el maestro y su discípulo pasaron la noche. Al día siguiente, muy temprano, asegurándose de no despertar a nadie, el anciano maestro le dijo en voz baja a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que nos trajo a estos parajes”.

Ante la incrédula mirada del joven, y sin que éste pudiera hacer algo para evitarlo, súbitamente el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y de un solo tajo degolló a la pobre vaca que se encontraba atada en la puerta de la vivienda.

- ¿Qué has hecho maestro? – dijo el joven susurrando para no despertar a la familia. - ¿Qué lección es ésta que deja a una familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esa pobre vaca que era su única posesión?-

Sin inmutarse por la angustia del discípulo y haciendo caso omiso a sus nefastos interrogantes, el anciano se dispuso a continuar su marcha con placida indiferencia.

Cuenta la historia que un año más tarde, el maestro sugirió al joven volver a Mandawa para ver qué había ocurrido con la familia. Después de varios días de caminata, llegaron al lejano paraje, pero sus esfuerzos por encontrar la vivienda fueron en vano. Donde se encontraba la miserable choza ahora se levantaba una moderna y cómoda vivienda. Se detuvieron por un momento para observarla a distancia, grande fue su sorpresa cuando, del interior de la casa, vieron salir al mismo hombre que un año atrás les había dado alojamiento. Sin embargo, su aspecto era totalmente distinto. Sus ojos brillaban, vestía ropas limpias, iba aseado y su amplia sonrisa mostraba que algo significativo había sucedido.

Rápidamente se dispusieron a saludarlo para averiguar qué había ocasionado tal cambio en la vida de esta familia. El hombre que ignoraba que el joven y su maestro habían sido los causantes de la muerte de la vaca les contó cómo, casualmente el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su escasa fortuna, había degollado salvajemente al pobre animal.

Por mucho tiempo, la leche que producía la vaca había sido su única fuente de sustento. Más aún, poseer este animal les había ganado el respeto de los vecinos. Sin embargo – continuó el hombre – “… aquel trágico día, nos dimos cuenta que nuestra propia supervivencia se veía amenazada sino actuábamos rápidamente, entonces decidimos limpiar el patio en la parte de atrás de la vivienda...conseguimos algunas semillas y sembramos hortalizas y legumbres para alimentarnos. Pasado algún tiempo, vimos que la improvisada granja producía mucho más de lo que necesitábamos para nuestro sustento, así que comenzamos a venderle algunos vegetales que nos sobraban a nuestros vecinos y con esa ganancia compramos más semillas…y así se amplió nuestro negocio.”

El joven, quien escuchaba atónito la increíble historia, entendió finalmente la lección que su sabio maestro quería enseñarle…
La vaca, además de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de conformismo e infelicidad.

- “Que gran lección”, pensó el joven discípulo e inmediatamente reflexionó sobre sus propias vacas, todas las limitaciones que el mismo se había encargado de alimentar a lo largo de su vida con excusas que ni el mismo creía. Cuantos pretextos y disculpas para no vivir la vida que quería vivir…cuantas falsas seguridades… Indudablemente ese día marcaba el comienzo de una nueva vida, ¡Una vida libre de vacas!

Y colorín colorado, este cuento aún no se ha terminado…

“El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso
Sino el conformismo y la mediocridad.”

Dr. Camilo Cruz

Maria Giacobone Carballo

Adaptación de "La Vaca" del Dr. Camilo Cruz.

Descarga gratuita del libro:http://www.landcabtrading.com/libros/lavaca.pdf



14 comentarios:

Dante Be. dijo...

más que comentarios, preguntas:
¿nadie metió preso al asesino de la vaca?
¿este cuento le pertenece o solamente es una transcripción de uno popular atribuído a los sufis?

no me queda claro, pero creo haberlo leído antes con ligeras variantes.

María Carballo dijo...

Hola Dante,

No se que querés que te responda. Este es un cuento popular, conocido y adaptado en diferentes formas. Tenés bajo mi nota un link al libro y en el prólogo el Dr. Camilo Cruz explica como se puso en contacto con el cuento. Yo en mi próxima nota explico como encontré yo la historia.
Saludos,
María
PD: Parece que no hay justicia para asesinos de vacas :)

Anónimo dijo...

Realmente es creible y viable el mensaje de la historia . Muchas personas sufren de una de las peores calamidades " el conformismo " . Creo que el mensaje de superacion es bueno . Me gusto .-

Carmen San Miguel dijo...

En un libro de Anthony de Mello leí que debíamos romper los barrotes forjados por la mente.
Vivimos limitados buscando seguridad...y no soltamos la vaca atada. Le tememos a los nuevos deafíos.
Lo conocía al cuento y es excelente.
Muy buena elección.
Pipa

María Carballo dijo...

Hola Pipa,

Es verdad, estamos presos dentro de celdas construidas por nosostros mismos, lo asombroso es que la puerta de la celda esta abierta y no nos damos cuenta...

Gracias por tu comentario.
Cariños,

María

Juan Francisco dijo...

Hola Maria... ¿aceptais a uno mas? Venía de paso y me ha gustado lo que se comenta por aquí. Yo también había leido la historia o la había oído creo, pero está bien recordarla. Creo que la mporaleja está clara. Estamos tan sumamente agarrados a la rutina que a veces no vemos otro camino que el que la rutina nos marca.
Con tu permiso, seguiré pasando por este blog. Merece la pena y yo soy joven y quiero seguir aprendiendo. Un abrazo. juan Francisco.

J.R.Infante dijo...

No cabe duda que la intención del cuento es hacer que seamos capaces de romper esas ataduras que nos mantienen prisioneros de nosotros mismos en tantas y tantas ocasiones.
Claro que podía haberse evitado el sufrimiento de la vaca simplemente, dejándola que se marchase, en lugar de degollarla. Así todos contentos.
Un beso

Susana Vera-Cruz dijo...

Hola Marìa , realmente mientras leìa, me asombraba con el relato, pues nunca me imaginè la muerte de la pobre vaquita(es que quiero mucho a los animales).
Sin embargo al entender el mensaje, me di cuenta que es una lecciòn de vida.

Muchas veces nos quedamos paralizamos y nos quejamos de no salir adelante,que todo està mal, pero què nos detiene?

Justamente el conformismo e incluso la mediocridad en algunos casos.
Surgir es ponerle ganas, y querer cambiar de vida, tal vez no con grandes lujos, pero si con lo necesario para ser felices con el esfuerzo colocado.

Quedarse es marchitarse; avanzar es pensar en un mejor futuro...es crecer.

Gracias por tu positivo texto amiga.

Besitos mil!!

Agualuna-Sussy

Palabras como nubes dijo...

Muy buen trabajo, es una forma de hacernos entender lo importante de no atarnos a hechos seguros. Ruma.

Prince W. Cantodea © dijo...

yo tengo uno homónimo... pero es un poco más... am, erótico? ja ja no preguntes... me quedó con esta versión, saludos... de nuevo a visitarte.

ciao.

Anónimo dijo...

BUENISIMO!!!!!!!!
REALMENTE ES ASI NO VEMOS MAS ALLA DE NUESTRO OJOS!!!!
ESPERAMOS MAS CUENTOS!!!
BESOS

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Interesante cuento, que aunque ya le conocía, me recuerda que tengo un trabajo que hacer todavía en mi vida en cada momento de ella para no quedarme atada para siempre.

saludos me gustó tú blog.
Celia

Anónimo dijo...

Hola, es la primera vez que paso por tu blog, me gusta, pero esta historia ya la habia escuchado, es buena la enseñanaza, pero no estoy de acuerdo con la historia, porquematar a la pobre va que como decia la historia FLAQUISIMA porque no djarla ir y que eela tambien pueda salvarse o encontrar mas comida, se que talvez como super amante de los animales lo que escribo es muy tonto, pero tambien se puede salir adelante "dejando ir" y no "matando"
Saludos
Gabriela

Anónimo dijo...

necesidad de comprobar:)

 
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